miércoles, 27 de octubre de 2010

Copyright, Copyleft y Creative Commons

Definiciones:

COPYRIGHT
Derecho que tiene un autor sobre todas y cada una de sus obras y que le permite decidir en qué condiciones han ser éstas reproducidas y distribuidas. Aunque este derecho es legalmente irrenunciable puede ser ejercido de forma tan restrictiva o tan generosa como el autor decida. El símbolo de este derecho es ©.

COPYLEFT
Nace como contraposición al copyright o derechos de autor.
Toda obra realizada bajo licencia copyleft permite usarla, modificarla o redistribuirla siempre bajo la misma licencia.
Nacido en el ámbito del software libre (free software) mediante el cual el autor de un programa lo declara como de dominio público de forma que quien quiera pueda usarlo y modificarlo.

CREATIVE COMMONS
Según su propia definición, Creative Commons es “una organización sin ánimo de lucro basada en el hecho de que no todos los titulares de propiedad intelectual quieren ejercer todos sus derechos sobre ella”. Ya sea por necesidad de promoción o por convicción política, muchos creadores (artistas, científicos, profesores…) apuestan por cooperar en vez de competir. Creative Commons (CC) busca cambiar la cara al copyright, con el apoyo de un brillante equipo de juristas y expertos en tecnología.

Creative Commons ayuda a reducir las barreras legales de la creatividad, por medio de nueva legislación y nuevas tecnologías. Fue fundada por Lawrence Lessig, profesor de derecho en la Universidad de Stanford y especialista en ciberderecho, quien la presidió hasta marzo de 2008.
Creative Commons se basa en un sistema de licencias: pequeñas o grandes renuncias a la propiedad intelectual en favor de la libre circulación de ideas y saberes. La más abierta es la “licencia de atribución”, en la que el creador permite el uso y distribución de su obra sin restricciones, siempre que se acredite su trabajo. Si usamos la variante “no comercial”, permitimos todo esto siempre que no se actúe con ánimo de lucro (es decir, cedo mi trabajo gratuitamente a cualquiera, pero no a una empresa que quiera explotarlo). También, entre otras, está la “licencia no derivativa” que permite la circulación del trabajo pero no su modificación (ideal, por ejemplo, para un escritor que quiere que su novela circule libre pero íntegra, sin que nadie la retoque).

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